CRÍTICA
Lo que Walter Hill y Joel Silver hicieran desde finales de los años 70 y a todo lo largo de los 80, es lo que está haciendo ahora el productor Jerry Bruckheimer: (re)crear la clásica mitología de las macho movies, adaptada a la sensibilidad visual de una nueva generación. 60 segundos es, desde los brillantes títulos de crédito hasta su previsible final, una fantasía de hombres y coches, sudor y aceite, músculos y metal. Incluyendo a Angelina Jolie.La principal virtud (a la vez que problema) que plantean las películas con el sello Bruckheimer (desde "Dos policías rebeldes" hasta "Armageddon", pasando por "Con Air" y así, hasta llegar a esta) es que, como productos finiseculares que son, no se toman en absoluto en serio a sí mismas, y campan por sus respetos sin evitar tópico alguno, y sin importarles contar por enésima vez la misma historia. Pero, como decía, en el pecado llevan su propia redención, porque esta historia de amor entre hombres, coches y una extraña criatura polisexual conocida como Angelina Jolie, solo puede disfrutarse de verdad tal y como nos la presentan Bruckheimer y Dominic Sena (autor de una pequeña obra de culto: "Kalifornia"). Es decir, amparándose en lo puramente estético y cinematográfico. En la música, el sonido de los motores y los imposibles efectos especiales. Y, naturalmente, en el humor. Un humor blanco, sin sangre, sin (casi) muertos. Sin sorpresas, en definitiva. Pero, también, sin pretensiones y con brillantes diálogos. Con diez años, sería una de mis películas del momento, y Nicolas Cage, más comedido de lo habitual, uno de mis héroes del día (`Dios mío, le llaman Memphis!). Por desgracia, han explotado ya muchos coches desde que fui niño. Lo que tampoco impide disfrutar, aunque sea de otra manera, de esta vieja mitología americana, reescrita visualmente para el siglo XXI.>>Para fans del cine de acción sin pretensiones. Lo mejor: el increíble look visual. Lo peor: que Angelina Jolie no hace ninguna guarrería.
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